• Cocina con GIN

    SOLOMILLO, BARBACOA Y MEJILLONES… TODO CON GIN!

    Ahora nos agarró hambre… y tenemos mucho gin, entonces le mandamos una consulta al gran chef Sergio Moro (@morococina) para pedirle recetas para preparar con Buenos Aires GIN como base. ¿El resultado? Lo compartimos acá para que lo puedas hacer en tu casa…

    Solomillo de cerdo al gin

    Descripción: http://luz.perfil.com/wp-content/uploads/Solomillo-al-BsAs-GIN-660x453.jpg

    Dificultad: Solo tené paciencia y serás recompensado.

    Ingredientes (para 4 personas):

    Una cebolla y media; 2 dientes de ajo; aceite de oliva virgen extra; 1 solomillo de cerdo; sal a gusto; pimienta negra molida; 75 ml de Buenos Aires GIN; 1 limón exprimido; 1 cucharadita de fécula de maíz (maicena).

    Preparación:

    Lo primero que haremos es cortar el solomillo en medallones de 2 o 3 cm aproximadamente. Luego pondremos la pimienta (la sal va al final del sellado) y en una sartén con poco aceite de oliva los vamos a sellar (reservaremos).

    Ahora, vamos a la cebolla en brunoise (para salsa): hacemos lo mismo que con el ajo, lo laminamos o lo cortamos en trocitos pequeñitos. En una sartén ponemos aceite de oliva extra virgen y echamos tanto la cebolla como el ajo.

    Ponemos un poquito de sal y lo sofreímos aproximadamente 10 minutos a fuego medio. Pasado ese tiempo incorporamos el Buenos Aires Gin, dejamos que evapore el alcohol, aproximadamente 30 segundos y mientras tanto exprimimos el jugo del limón.

    Añadimos una cucharadita de fécula de maíz (maicena) al jugo del limón y removemos. Dejamos 2 minutos en la sartén y pasado el tiempo lo colocamos en el vaso de una procesadora y procesamos bien. Volvemos a incorporar en la sartén y ponemos a fuego bajo.

    Incorporamos el solomillo de cerdo junto con el jugo que haya soltado, removemos y dejamos cocer un par de minutos siempre vigilando que esté el fuego bajo y que no se nos pegue la salsa en la sartén. Luego emplatamos y echamos un poquito de perejil picado por encima.

    Tip: acompañalo con papas cuña al horno marinadas previamente con aceite, pimentón ahumado y romero.

    Secreto: a la hora de sellar el solomillo, retiralo cuando dore bien, la cocción la termina con la salsa. Si te resulta de sabor ácido por el limón, podés poner una cucharada de miel y sustituir el limón por jugo de naranja que le da otro toque diferente.

    Salsa barbacoa con gin (o Gin BBQ para mayor glamour)

    Descripción: http://luz.perfil.com/wp-content/uploads/Barbacoa-al-gin-660x453.jpg

    Dificultad: Para que tu paladar sea recompensado ponele amor y tiempo.

    Ingredientes (para un frasco de 400 cc):

     1 cebolla y media; 1 diente de ajo; aceite de oliva virgen extra; 1 paquete de ketchup de 250 g; sal a gusto; pimienta negra molida a gusto; comino a gusto; pimentón ahumado a gusto; 60 ml de Buenos Aires GIN; 1 cucharada azúcar de Mascabo; 2 cucharaditas de humo sólido o 1 de humo líquido; 1 cucharadita de fécula de maíz (maicena) diluida en agua caliente; Merkel optativo o un chile seco para darle fuerza.

    Preparación:

    Primero vamos a picar la cebolla (brunoise, pequeños dados de 2 a 3 mm de lado) y el ajo.

    En una sartén caliente ponemos un poco aceite de oliva, bajamos el fuego y echamos tanto la cebolla como el ajo. Ponemos un poquito de sal y lo sofreímos aproximadamente 5 minutos a fuego medio.

    Pasado ese tiempo incorporamos el Buenos Aires GIN y dejamos que evapore el alcohol (unos 30 segundos). En esta parte agregamos el azúcar de mascabo y revolvemos hasta que se diluya. Si te gusta también agregale una cucharada de miel para hacerla Honey Gin.

    Añadimos todo el ketchup y esperamos 5 minutos más, revolviendo constantemente a fuego bajo. Ahora a integrar todos los condimentos, y no te olvides del humo sólido o líquido para dar sabor ahumado.

    Agregamos dos cucharaditas de maicena liquida (disuelta en un poquito de agua fría) y removemos. Va ir espesando. Dejamos 2 minutos en la sartén y pasado el tiempo lo retiramos al vaso de una procesadora, procesamos bien y lo dejamos enfriar.

    ¡Así ya tendríamos lista nuestra receta!

    Tip: esta salsa es ideal para unas hamburguesas y para todo tipo de carnes. También, por qué no, para unas papas rústicas con pimentón, queso rallado y arriba nuestra BBQ GIN!

    Secretos:

    · Andá probando el sabor antes de retirar del fuego

    · Siempre trabajá a fuego bajo

    · El humo sólido que recomiendo es San Giorgio (rinde muchísimo)

    · La miel, mezclala primero con el gin, así queda tipo Honey BBQ Americana.

    Mejillones al GIN

    Para 2 personas (una entradita)

    Dificultad: No más de 8 minutos

    250 grs de mejillones pelados o enteros

    2 dientes de ajo

    perejil fresco picado

    aceite de oliva virgen extra

    sal a gusto

    pimienta negra molida

    60 ml de GIN MORETTI

    Jugo de 1/2 limón (o lima de preferencia)

    Preparación

    Lo primero que vamos a hacer si tenes mejillones enteros cerrados, poner en agua caliente hasta que se abran. Luego reservar.

    Lo llevamos a una sartén para calentar, luego colocar un poco aceite de oliva, ajo y bajar el fuego.

    Subir el fuego y tirar el GIN MORETTI y el jugo de limón!

    bajar el fuego y Ahora, vamos colocar los mejillones pelados (si eran enteros, sacar la parte de arriba y sellar dandolos vueltas)

    ponemos un poquito de sal y lo sofreímos aproximadamente 3 minutos a fuego medio bajo

    pasado el tiempo lo retiramos, emplatamos, echamos un poquito de perejil picado por encima

    animate si queres poner un poco de picante!

    y ya tendríamos lista nuestra receta!

    Consejos para que te quede perfecto

    Hacela tuya la receta y mostranos con una foto tu VERSIÓN!!

  • El concepto de Terroir aplicado al agua, ¿mito o verdad?

    Muchos productos son percibidos como más valiosos debido a que en su elaboración se utiliza el agua de un arroyo determinado, o de un río en un paisaje soñado, o simplemente por estar emplazados en una región del planeta que produce destilados de alta calidad, argumentando la calidad de su agua.

    Esto puede ser cierto en parte… pero mito en la otra parte.

    Vamos a separar en dos momentos muy puntuales las etapas en las que el agua involucrada en la producción entra en contacto con el producto y va a formar parte de lo que consumimos. Las etapas son: previo a la destilación y posterior a la destilación.

    En este esquema estamos dejando de lado el agua de limpieza, el agua de refrigeración, el agua de la caldera, es decir toda el agua que no vaya a terminar dentro de la botella.

    El agua cuya fuente importa es la que usamos antes de la destilación, sobre todo de aquellos productos elaborados a partir de la destilación de fermentos directos, como whisky, brandy, ron, tequila, etc… donde el agua no sólo forma parte de la producción de la materia prima mediante el riego (cebada, uva, caña de azúcar, agave…) sino que también (y en este punto es mucho más influyente) forma parte de la fermentación, es decir que aporta el medio en el que se desarrolla y trabajan las levaduras para producir etanol y sus potencialmente deliciosos congéneres. En este caso, la composición salina y el pH del agua que se utiliza van a modificar mucho los resultados organolépticos de lo que está fermentando, y por consiguiente, de lo que finalmente logre atravesar el proceso de destilación.

    El agua que se utiliza luego de la destilación es el agua de rebaje, que se agrega directamente al producto de la destilación para diluir el alcohol hasta la graduación deseada, y que en el caso de los destilados representa entre un 20% y un 65% del producto final. Bien, este agua debe haber estado sometida a un proceso de purificación que la vuelva segura, neutra, estable y homogénea en el tiempo. Esto significa que si el agua proviene del arroyo más cristalino del norte de Islandia o de la acequia más maloliente de una ciudad superpoblada, luego de atravesar el proceso de purificación de rigor deberían ser exactamente iguales. Acá reside el mito. Más allá de la estandarización de un producto, ningún organismo de control permitiría el uso del agua de un arroyo (o cualquier fuente natural) de manera directa, por más pura que sea su apariencia, para el rebaje final de un producto de consumo.

    En definitiva, no está mal aplicado el concepto de terroir al agua, ya que no da lo mismo a la hora de fermentar, aunque la realidad es que en un destilado, el agua que hay dentro de la botella ya no conserva nada más que el H2O del agua del soñado arroyo de la etiqueta.